¡pn^lipj^^l^^ü^jpw/^MIWMARCELO PEYRETCARTAS DE AMOR^^^?^^BUENOS AIRES7797C37?53fBB-ARyCARl^A IDE ANTONIETA LEAR A ESTER MARTÍNEZQuerida Ester:Es cierto; hace ya veinte días que no te escribo, pero, dadanuestra intimidad, de escribirte, hubiera estado obligada a con-tártelo todo ... Desde aquíy no me animaba. Sí, sé que te ríes.te oigo reir, quecomo oigo tus palabras. ¿Verdad que dices esun poco tarde para darme cuenta de que debe tenerse reca-to pudor para ocultar ciertas aventuras, porque tú ya hasyadivinado que en algo de eso ando mazclada? Es cierto. Hastaahora te había confiado con brutal franqueza mis pecadillos,pero el último quizá por lo mismo que no ha llegado a ser na-fuerza suficiente obligarme ocultarlo.da, tuvo la para a Perobasta de preámbulos. Voy a indemnizarte de mi silencio conuna confesión completa. ¿Recuerdas a Enrique Várela? ¿Sa-bes que fué mi "flirt" de soltera? Sí, pues muchas veces te hecontado nuestro breve poema. Fué, quizá, el único hombre quenunca cuenta de cuánto ha-ambicioné de veras, él se dio meybía enamorado, hasta qué punto lo fácil que le hubiera sidoyvencerme. Ahora, ahora en que, a pesar de que los hombres noquieren crerlo, ya tengo cuarenta años, mi audacia, mi despre-ocupación ciertaspor cosas, habría arbitrado cualquier mediopara retenerlo, pero entonces tenía yo diez seis años, no mey yanimaba a otra cosa que a mirarle cuando él me miraba ya llorar cuando nadie me veía. Por eso me dejó para ...
Voir